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El verano trae muchas cosas buenas: vacaciones, viajes, más momentos de estar con amigos y familia… Pero tiene una pequeña pega: suele hacer muuuucho calor, y este problemilla se sufre aún más cuando hemos aparcado el coche en la calle y al sol, lo que hace que en el interior del vehículo pueda alcanzarse una temperatura de 45º. Por no hablar de lo excesivamente calientes que se ponen los asientos y el propio volante, pudiendo, incluso, llegar a causar quemaduras en los pasajeros.
La buena noticia es que hay algunos truquillos para refrescarlo un poco antes de entrar en él y no morir de calor mientras conducimos.
Lo ideal es tratar de aparcar en la sombra, pero a veces resulta muy difícil hacerlo ya que hay demasiados coches en la calle que han tenido la misma idea que nosotros. Si no hay más remedio que aparcar al sol, un parasol colocado en el interior del parabrisas (aunque el efecto mejorará si se pone en todas las lunetas) aislará del calor el vehículo. Gracias a él, la temperatura del habitáculo puede bajar hasta 11º, algo muy de agradecer.
Si vas a comprar un coche, evita los colores oscuros en la carrocería. El RACC advierte de que el color negro, por ejemplo, puede aumentar la temperatura del automóvil hasta en 20º, en comparación con uno de color blanco.
Colocar fundas de tela de colores claros en los asientos y en el volante también ayuda a que no nos quememos con ellos cuando entremos al coche. Cuando lleguemos, solo tendremos que quitarlas y listo.
Tintar los cristales también es un buen truco para que el sol no golpee tan fuerte en el interior. Y si tienes a mano una manguera, lavar el coche con agua fría ayudará a refrescarlo antes.Otro buen sistema de refrescar el coche es utilizar bien el aire acondicionado. El consejo es encenderlo con las ventanillas bajadas para generar una corriente de aire que baje más rápidamente la temperatura en el interior del vehículo. Tras dos minutos, aproximadamente, y a medida que la temperatura vaya bajando, lo aconsejable es poner el climatizador entre 22 y 24º. Y si quieres aclimatarte mejor al calor de fuera cuando vayas a salir del coche al acabar el viaje, lo ideal es subir el aire unos 2º.
Pero el truco más viral para refrescar el interior del coche es el conocido como truco japonés. Consiste en bajar solo la ventanilla del copiloto, y abrir y cerrar la puerta del conductor, como si lo estuviéramos abanicando, unas 5 u 8 veces. Con ello se puede bajar la temperatura del habitáculo hasta 10º, ya que permite sacar el aire caliente del coche en cinco minutos.
De este truco japonés hay otra variante, la que divulga en sus redes otra influencer nipona.
Aquí, una vez abanicado el coche, la influencer aconseja poner el aire acondicionado al máximo, activar la circulación exterior del aire y bajar todas las ventanillas para que el aire caliente salga al exterior más rápidamente. Pasado un minuto, volvemos a subir las ventanillas, ajustamos el aire acondicionado a media potencia y activamos la recirculación interna del aire.