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Hay un refrán en castellano que dice que por el humo se sabe dónde está el fuego. En materia de coches, el humo que exhala el tubo de escape suele ser un indicativo de que algo no anda del todo bien en el vehículo. Saber identificar a tiempo el tipo de problema que puede estar detrás de esa misión puede resultar vital para evitar mayores complicaciones técnicas.
El color del humo puede darnos una pista esencial. Midas, la empresa estadounidense especializada en mantenimiento de vehículos, publicó recientemente una pequeña guía con unos cuantos tips de gran utilidad para entender lo que le puede estar ocurriendo a nuestro vehículo en función del tipo de humo que sale de su tubo de escape:


. En el caso de humo blanco y ligero, no suele haber razón para alarmarse, porque lo normal es que sea fruto de la condensación. Es cuando el humo se hace más persistente y espeso cuando debemos estar atentos ya que puede deberse a la presencia de líquido refrigerante en la cámara de combustión, lo que puede provocar sobrecalentamiento y daños en el motor.

. El humo negro siempre suele ser indicio de que algo no va bien. Lo normal es que se deba a que en la mezcla aire-combustible haya un exceso de este último. Un filtro obstruido o el mal estado de los inyectores suele ser la causa de este problema que, además de afectar e incrementar el consumo de combustible, genera más emisiones contaminantes.

. Si el humo es azul, no hay duda: el motor está quemando aceite. ¿El motivo? Puede que se deba al desgaste de los segmentos del pistón o por problemas en el turbo, entre otros. Un problema que, a su vez, puede degenerar en un daño severo del motor. Para evitar que exhale este tipo de humo y las posibles averías que puede llegar a esconder, lo ideal es cambiar el aceite del vehículo en función del tiempo o los kilómetros recorridos que recomiende el fabricante.

. Saber qué problema está detrás del humo gris es algo más complicado, ya que la causa puede ser desde el turbo del motor a la pérdida de aceite en el sistema de sobrealimentación. O incluso un consumo excesivo de aceite derivado de un mal funcionamiento del sistema de ventilación de gases del aceite del cárter.
En definitiva, ante cualquier cambio en el color del humo del tubo de escape, conviene consultar con el taller para evitar males mayores en nuestro vehículo. Al igual que ocurre con nuestra propia salud, la prevención es la mejor estrategia para asegurar la calidad de vida de nuestro vehículo.