La tierra como lienzo y los materiales que ofrece la naturaleza (madera, tierra, piedras, arena, viento, rocas, fuego, agua, hielo. nieve…) como herramientas de creación artística. En eso consiste el Land Art, también llamado Earthwork, una rama del arte contemporáneo a caballo entre la escultura y la arquitectura. El viaje en coche puede suponer el descubrimiento de una de estas obras de arte fugaces en la ladera de una montaña o en un paraje aislado si lo contemplas desde lo alto de un puerto.

 

Nacida en Estados Unidos a finales de los años sesenta, esta manifestación artística se originó en una época en la que empezaba a tomar fuerza cierta conciencia ecológica. Sus artistas intervienen el paisaje, ya sea urbano o rural, una montaña o un desierto, para producir emociones plásticas en el espectador. Es su forma de llamar la atención hacia la intervención del ser humano en el medio ambiente y establecer, al mismo tiempo, un diálogo con el paisaje y una reflexión sobre nuestro paso por la Tierra. Los impulsores de este movimiento buscaban conectar el arte y la vida, y sacarlo de los museos y de los circuitos comerciales de las galerías de arte. De ahí el desinterés del artista por su obra una vez terminada, como una manera de desmaterializar el arte y convertirlo en algo mucho más puro, sin intereses especulativos.

Spiral jetty from rozel point

El exterior es la inmensa galería de arte de este tipo de representaciones artísticas y sus obras, por lo general, suelen ser efímeras ya que quedan sometidas a la erosión ambiental. La obra tiene, por tanto, dos autores: el creador que la imagina y la lleva a cabo y la naturaleza. Para estos artistas, lo importante no es el resultado sino el proceso. Por esta razón suelen documentar exhaustivamente cada paso de su creación y la obra final. 

La obra más conocida del Land Art es Spiral Jetty, del artista norteamericano Robert Smithson. Ubicada en el desierto de Utah (EEUU), utilizó unas 5.000 toneladas de bloques de basalto negro que movió gracias a potentes máquinas. La obra parte de la orilla del Gran Lago Salado y entra en él creando una espiral en sentido contrario a las agujas del reloj. Al subir el nivel del lago, el agua cubrió la obra y solo una sequía consiguió devolverla de nuevo a la vista. Como su creador había previsto, la espiral estaba muy cambiada tras tanto tiempo bajo el agua: las sales habían blanqueado el color negro original y el cieno se había acumulado entre las grietas. 

Nikola Lenivets

Además de Smithson, otras destacadas figuras utilizaron el infinito lienzo de la tierra para plasmar su creatividad. Artistas como Walter de Maria, Richard Long, James Turrell, Michael Heizer y Nancy Holt, entre otros. Muchas de sus creaciones han desaparecido de los espacios naturales donde se crearon y solo queda testimonio de ellas gracias a la fotografía.

 

Las manifestaciones artísticas del Land Art suelen ser obras abstractas y dibujos geométricos, ya que, al usar elementos naturales que apenas se modifican, el artista debe adaptar sus composiciones a las formas orgánicas de los elementos que emplea. A veces, bastan solo las pisadas del artista sobre la tierra para crear una obra, como fue el caso del británico Richard Long, cuya creación, A Line Made by Walking, desapareció al poco de ser concebida. Otras, se dibuja sobre la arena de una playa, como hace Andrés Amador, o del desierto. En otras ocasiones, se pintan las rocas de colores intensos, como hizo el artista francés Jean Verame en un paraje cercano al pueblo bereber de Trafaoute, en Marruecos, o se dibuja en los troncos de los árboles, como el Bosque de Oma, de Agustín Ibarrola, en el País Vasco. O se interviene directamente en el entorno creando enormes esculturas que se adaptan al paisaje en el que se han colocado. Ejemplos de esto último son la Escalera celeste, la Espiral de oro y la Ciudad de Orión, del artista alemán Hannsjörg Voth, en el desierto del Sahara (Marruecos); el Carhenge de Jim Reinders, en Nebraska (EEUU) o el Peine del viento, del español Eduardo Chillida.

Bosque de Oma, by Agustín Ibarrola

A pesar de que la idiosincrasia del Land Art es salir de los museos, algunas de las representaciones actuales de este tipo de arte se encuentran en las instalaciones de algunas galerías y centros de arte. En España, pueden visitarse el CDAN, Centro de Arte y Naturaleza de la Fundación Beulas, en Huesca; la Fundación NMAC, en Montenmedio (Cádiz) y el CACis, Centro de Arte Contemporáneo y Sostenibilidad El Forn de la Calç, en el municipio de Calders (Barcelona).

Jim Reinders – Carhenge
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