El amor por los automóviles se enfatiza con las películas, que presentan modelos únicos (y ficticios) para quienes deseen una réplica.

Teo Martín, del Motor and Sport Institute (MSI), lo tiene claro: “Lo que se considera un coche de coleccionista es cuando por su palmarés y por sus años puede ser una pieza muy especial y pasa a estar dentro de un museo o una colección privada”. Este profesional veterano cree que una persona así se va forjando con interés, reuniendo poco a poco piezas únicas.

“La sensación de tener coches peculiares es importante. En nuestro caso son de competición. Y la satisfacción es conocer la historia del vehículo, con sus triunfos”, explica. “Los modelos que más buscamos no tienen por qué ser los más caros, sino los que más historia tienen”, añade el especialista. Desde MSI buscan a los pilotos que los condujeron. “Hay muchos que nos gustaría tener. Algunos no se consiguen porque la persona propietaria no los quiere vender. Y, en muchos casos, porque no los podemos comprar”, argumenta.

A los que “más valor” le dan, incide Martín, es a los de Rally de Gr B y a otras categorías como los circuitos o raid. También conocen otros universos dentro de este mundillo: a quienes les atrae el ‘tunning’ y los coches de películas. Dos etiquetas a menudo relacionadas: para elaborar modelos que salen en las películas, hace falta esa pericia para decorar. Porque, ¿quién no ha soñado alguna vez, aunque fuera de pequeño, con conducir alguno de los automóviles que salían en las películas?

‘Regreso al futuro’, ‘Batman’ o hasta esa creación que permitía enfrentarse a espectros en ‘Cazafantasmas’: la cultura audiovisual ha puesto delante de los ojos algunos ejemplos que eclipsan a los protagonistas y que, después de ver la película una o varias veces, siguen llevándonos a su búsqueda. A algunos, incluso a intentar replicarlos en la realidad. Aquí va una selección de 10, a la que, seguro, le faltan unos cuantos más.

coches de cine

Regreso al futuro (1985): DeLorean DMC-12.

Si dices DeLorean, a quienes ya tienen cierta edad se les encenderá una bombilla: ¿Podré viajar al pasado? ¿Habrá aeropatines dentro de unos años? Ese nombre es el del coche de Martin McFLy, protagonista de ‘Regreso al futuro’ interpretado por Michael J Fox. En realidad, el modelo es un DMC-12 de John DeLorean. Con diseño de Giorgetto Giugiaro, llevaba un motor V-6 de 2.9 litros y 130 caballos. En la película se explotaba su aspecto futurista y hubo un truco: los mecánicos encargados reemplazaron el motor con un V-8 del Porsche 928. Eso ayudó a los personajes a alcanzar los 141 km/h, encender el Flux Capacitor y retroceder hasta 1955. Salió al mercado en 1980 y sigue siendo un ejemplar de culto.

Mad Max (1979). XB GT Ford Falcon de 1973.

Producción australiana, protagonista australiano, coche australiano: en ‘Mad Max’ se usó un Falcon XB GT con potencia 5.755 centímetros cúbicos. La transformación del original pasó por enyesar un nuevo frontal en la parte delantera, adornar el cuerpo con enormes bengalas y colocar neumáticos muy gruesos. La pieza central sobresalía del capó o, más precisamente, sobresalía de él. En la película, había un alimentador que permitía saltar, algo que, por muy bonito que quedara, aquí no se ha repetido.

Batman Begins (2005): Batmobile / Tumbler.

El ‘batmovíl’ ya es un elemento central de las películas del hombre murciélago. Han pasado de filme en filme de la saga y de generación en generación. El que surgió en 2005, con un nuevo protagonista y Christopher Nolan en la dirección, es el más llamativo. Apareció en ‘Batman Begins’  y alteraba la versión diseñada por George Barris en los años 60. Se trata de un Chevy V-8 de 5735 CC que pasa a los a 96 km/h en unos cinco segundos. Incluyeron neumáticos todoterreno de 37 pulgadas de tal forma que podía contorsionarse en horizontal, vertical o del revés, de ahí su nombre de ‘Tumbler’ o ‘acróbata’. La carrocería contaba, según informaron, de más de 65 paneles de fibra de carbono.

El Gran Lebowski (1998): Ford Gran Torino de 1973.

Cambiando de tercio entre persecuciones y superhéroe, vamos a algo más mundano: el coche de ‘El Nota’, protagonista de ‘El Gran Lebowski’. Esta película de los hermanos Coen se convirtió en un clásico surrealista para una legión de seguidores. El coche donde Jeff Bridges iba de un lado a otro con su habitual desaliño era un Gran Torino de 1973. Puede parecer una chatarra, pero era una estrella subestimada en El gran Lebowski y en realidad, era un rediseño del modelo 1972 con un morro más largo. Como curiosidad, se utilizaron dos: uno que fue destruido en la película y otro que se vio después en la temporada 8 de Expediente X.

James Bond contra Goldfinger (1964): Aston Martin DB5.

No puede faltar otra de las sagas míticas: James Bond. Sus vehículos son todo un icono. Pero sobresale el Aston Martin DB5 de 1964 que conducía 007 en Goldfinger y Operación trueno. Tenía una larga lista de trucos: parachoques de ariete, ametralladoras, asiento eyectable, pantalla de humo, rociador de aceite, etc. Además tenía un mapa de ubicación que podría haberse adelantado al GPS actual. Fue tan popular que ha habido una fabricación reciente de piezas similares a precios que superan los 3,5 millones de euros.

John Wick (2014): Mustang de 1969.

Vayamos a algo más próximo. En John Wick, aún con estrenos por venir, Keanu Reeves conduce un Mustang de 1969. A pesar de que una de sus películas más míticas sea a lomos de un autobús, aquí el actor estadounidense utiliza un Mustang Mach 1 del 69 con un 390 V-8 o un 428. Es tan real que apenas necesitó ‘tunning’.

Jurassic Park (1993). Ford Explorer XLT UN46 de 1992.

¿Qué pasaría si el aliento de un Tiranosaurio Rex te calienta el cogote? Pues eso pasaba en Jurassic Park, la franquicia iniciada por Steven Spielberg en 1993. Y una de esas secuencias  era en todoterrenos que, a pesar de parecer jeeps, se trataban de Ford Explorers. Lo adaptó George Barris, un profesional de la industria. En el rodaje se utilizaron seis coches que fueron atacados, pisoteados, volcados y golpeados por depredadores prehistóricos. En total se llenaron tres contenedores de basura con las piezas destruidas.

Cazafantasmas (1984): Ectomobile de 1959 y Cadillac Miller-Meteor.

¿Hay algo más característico que la sintonía de arranque en ‘Cazafantasmas’? Sí, su auto. El Ectomobile, o ECTO-1 y ECTO-1A, es igual o más famoso que sus cuatro protagonistas. De hecho, es tan curioso que viene de un Cadillac Miller-Meteor de 1959 y se convierte en una especie de coche fúnebre o ambulancia. El boceto original era en negro, pero se terminó dejando así. Además, tiene la curiosidad de que es uno de los personajes el que lo ‘arregla’ durante el metraje. Dan Aykroyd procede a hacer “algunos trabajos de suspensión y amortiguadores, frenos, pastillas de freno, forro, caja de dirección, transmisión, parte trasera, aros nuevos, silenciadores y un poco de cableado antes de que pueda salir en llamas”. No lo hizo: a cambio, ayudó a librar de espectros a la ciudad de Nueva York.

Dos tontos muy tontos (1994): Ford Econoline de 1884.

Película de humor grotesco, ‘Dos tontos muy tontos’ fue un exitazo de taquilla y el inicio de secuelas que nunca la igualaron. Yendo en una furgoneta con el nombre de Shaggin Wagon, los personajes Lloyd Christmas y Harry Dunne cruzaban Estados Unidos transitando de anécdota en anécdota. En realidad era un Ford Econoline de 1984  que aderezaron con extras. Se tendió una alfombra marrón por dentro y por fuera, junto con una cola, orejas caídas, patas, nariz, bigotes y lengua. El parabrisas de la furgoneta funcionaba como los ojos del conductor y del perro. Y tenían que levantar una pata trasera para alcanzar el tapón de la gasolina.

Thelma & Louise (1991): Ford Thunderbird de 1966.

Esas dos forajidas de un clásico en el cine de los noventa conducían un Ford T-Bird de 1966. La elección para que estas dos mujeres hartas de sus respectivas vidas huyeran en este modelo era, según contaron, por la facilidad a la hora de rodar en él: se puede grabar a las actrices y meter a alguno más en la parte de atrás. Por eso permaneció casi igual que el original. Desde que lo adquirió la compañía Metro MGM Movies en 1991, llegó a venderse en una subasta por unos 70.000 euros.

Un regalo televisivo… ‘El coche fantástico’ (1982): Pontiac Firebird Trans-Am de 1982.

“KITT, te necesito”. Ese era el grito de guerra de Michael Knight al dirigirse a su coche, que le respondía moviendo su luz roja delantera. Este modelo era un Pontiac Firebird Trans-Am de 1982. El nombre del personaje principal (y el de la serie en original) provenía de la empresa que lo diseñó, Knight Industries Two Thousand. Al reformarlo con ese negro y rojo míticos, le incluían funciones (en ficción) como saltar gracias al ‘Turbo Boost’, conducirse solo, lanzar misiles o tener un asiento eyectable. Todo un clásico que aún hay quien recrea.

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