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El aumento de venta de coches eléctricos está haciendo que los diferentes actores del sector automovilístico estén viviendo un momento de transformación. Entre todos ellos, uno de los que más se está adaptando y se tiene que adaptar son los talleres
La electrificación que está viviendo el parqué automovilístico mundial es imparable. De un tiempo a esta parte, cada vez es más normal ver coches eléctricos por las calles y en nuestros garajes. Un cambio que cada año va sumando más y más vehículos de manera exponencial.
Tanto es así que, como muestra un informe elaborado por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), para 2025 se prevé que la cuota de coches eléctricos ronde el 30% en el mercado europeo, el 32% en China y un 16,5% en EEUU. Una fuerte subida si lo comparamos con los datos del año pasado, cuando en Europa se vendió alrededor del 14,1%, un 20% en el país asiático y un 6% en el norteamericano.
Una fuerte apuesta por la movilidad sostenible que hará que los coches eléctricos tengan cada vez más protagonismo en las carreteras. Una transformación que supondrá, y está suponiendo, la adaptación de otros muchos actores dentro del sector automovilístico. Como es el caso de los talleres.
Aunque durante un tiempo los vehículos de combustión convivirán con los modelos totalmente eléctricos o híbridos enchufables, estos lugares deben empezar a adaptarse. Unos cambios que afectan tanto a la formación del personal como al espacio mismo, y que suponen una serie de retos para sus propietarios y trabajadores.
Instalación de puntos de carga y boxes electrificados y seguros
El primer cambio que deben llevar a cabo los talleres que se quieran adaptar a la electrificación será la instalación de puntos de recarga. Unos espacios que serán necesarios para arreglar los coches, pero que también servirán para que los usuarios puedan cargar sus vehículos eléctricos.
Además, deberán crear boxes específicos para estos automóviles. Hay que tener en cuenta que las baterías de los coches eléctricos son de alta tensión, por lo que la seguridad a la hora de arreglarlos debe ser fundamental. Se tendrán que crear unos espacios marcados y señalizados donde los mecánicos puedan realizar su trabajo de manera segura.
También es importante que en el box haya herramientas y equipamientos específicos para trabajar con este tipo de coches. Como, por ejemplo, los guantes aislados clase 0, alfombras de suelo de alto voltaje, protectores faciales, medidores de voltaje o elevadores especiales para reparar las baterías, entre otras muchas medidas.
Formación de los mecánicos
Otro punto importantísimo para que los talleres se adapten a la electrificación es que los mecánicos se formen para conocer bien el funcionamiento de estos nuevos coches. Un aprendizaje que debe estar basado tanto en los conocimientos específicos para reparar sus piezas como en las medidas de seguridad que deberán adoptar durante el proceso.
De esta forma, deberán conocer las características de sus componentes –como la batería o el motor eléctrico– y dónde están ubicadas. Y también aprender a trabajar debidamente con piezas de alta tensión y a usar las herramientas específicas para ello.
Unos conocimientos que buscarán garantizar la seguridad tanto de los trabajadores como de las personas que se encuentren en las instalaciones. Para ello, los pasos más importantes que deberán seguirse serán la colocación del coche en un box específico y la desactivación de la batería a través del interruptor antes de empezar a trabajar con él.