El país asiático lidera la producción de baterías y piezas para este tipo de automóviles. Y aunque hay iniciativas en diferentes puntos del globo y marcas de otros continentes encabezan las ventas, es el gigante oriental quien surte de elementos.

proceso de montaje de un coche

Igor Villarreal, responsable del área de almacenamiento de la empresa Ikerlan, en el País Vasco, lo tiene claro: la competencia asiática es muy fuerte, pero hay opciones. Este experto en baterías y coches eléctricos cree que el paradigma ha cambiado y este tipo de vehículos está para quedarse, pero falta tiempo. De momento, las conclusiones son unánimes: China lidera el mercado.

No importa que Tesla sea el coche eléctrico más vendido del mundo y que la cara de Elon Musk, su creador, se use como imagen de emprendedor infatigable: el gigante oriental es quien produce los elementos que surten a la mayoría de estos aparatos. La marca puede ser estadounidense o alemana, pero sus piezas suelen proceder de otras latitudes. China es la fábrica del mundo y lo eléctrico en lo eléctrico no va a ser menos. Aparte de copar la producción y el ensamblado en los automóviles, su control sobre lo eléctrico va mucho más allá: sus baterías proceden de este país, y ese es uno de los pilares. El otro es el software, pero sigue necesitando de los iones de litio que componen mayoritariamente este combustible. Una situación irrefutable que se trata de paliar con nuevas fábricas en otras partes del mundo, pero que aún debe avanzar para llegar al nivel. Porque, además, depender de terceros, como se ha visto con los chips en la pandemia, no es la mejor opción.

Bateria MEB. Imagen cedida por Volkswagen
Imagen cedida por Volkswagen

China sigue fabricando el 70% de las baterías para coches eléctricos del mundo

cobalto
Cobalto

Y eso no quiere decir que los elementos que forman la batería, como el litio, níquel, cobalto o manganeso, salgan de China. Muchos proceden de otros, pero la mayoría de todos los minerales críticos en la cadena de suministro de baterías se refinan y procesan allí.

De hecho, todos los proyectos de fábricas de baterías en suelo tienen algo en común, tal como explican en la revista especializada MotorPasión: solo ensamblan celdas, y a menudo sin producirlas en un primer lugar. Y aunque algunas tengan previsto producir, les faltan los metales raros y las materias primas procedentes del otro lado del mundo.

Esa es la hegemonía de China: controla desde la mina hasta la carretera. Este país es una potencia minera parcial, pues no tiene todos los elementos, pero maneja una fortaleza: refina los materiales que se necesitan para fabricar las baterías. Así, analizan en esta publicación digital, el cobalto procede esencialmente del Congo (70% de la producción mundial), donde China posee el 80 % de las minas, y de Rusia. En cambio, China refina el 75 % del cobalto mundial.

Hay más. El litio, por ejemplo, viene principalmente de Australia, Chile y China. El gigante asiático, en cambio, refina casi la mitad de la producción mundial. En 2021, refinó el 44 % de las 93.000 toneladas de litio bruto extraídas en todo el mundo. En cuanto al níquel, es minado principalmente en Indonesia, mientras que China refina el 69%, según datos proporcionados por la consultora Benchmark Mineral Intelligence

El país del sol naciente también lo es del mineral floreciente. China domina la cadena de suministro del manganeso y del grafito. Y tiene la mayor cuota de refinado de manganeso del mundo, en una situación de casi monopolio. A pesar de que extrae menos del 10% de la oferta mundial, refina el 95%.

Manganeso
Mina de manganeso

Ocurre lo mismo con el grafito. China tiene el monopolio: no solamente extrae el 64% del grafito natural en escamas, sino que convierte el 100% del grafito extraído en el mundo en grafito esférico necesario para los ánodos de las baterías. Desde el punto de vista de la minería, Benchmark Mineral Intelligence pronostica que China será el segundo país en la extracción de este mineral próxima década en la próxima década, después de países africanos como Mozambique y Madagascar, en África.

Si nos detenemos en este punto, su control va más lejos:  el país asíatico produce el 69% del grafito sintético mundial, obtenido a partir del coque de petróleo. La mayor parte procede de Mongolia Interior, donde la electricidad es barata, o de la provincia de Sichuan, donde hay abundante energía hidroeléctrica.

Llegar a esta hegemonía no es fácil. El refinado de los minerales apenas se da en Europa por su contaminación. Debido a las restricciones medioambientales del viejo continente, casi todo se queda en Asia, más laxo legislativamente. 

Existe, además, una tercera etapa donde China es especialista. Los ánodos y cátodos de las celdas que componen una batería se fabrican esencialmente allí. El país asiático produce el 78% de los cátodos y el 91% de los ánodos. Por eso, que una marca se instale en un país o se haga gala de una nacionalidad mientras se lleva el volante no se ajusta a la realidad: China sigue fabricando el 70% de las baterías para coches eléctricos del mundo.

Planta de procesado de litio
Planta de procesado de litio en Australia
polos para la extraccion de litio
polos para la extracción de litio
Puerto Hong Kong

Tal circunstancia —inapelable— enfrenta dos problemas. Uno es la dependencia casi total de este país, con las eventualidades políticas y geográficas que pueden provocar una crisis puntual o la escasez prolongada. Otro es el cuidado del entorno. La extracción de metales como el litio, el cobalto, el manganeso o el níquel genera una gran cantidad de CO2 y a menudo se lleva a cabo en condiciones inseguras. Algo que no solo afecta al entorno, sino que en ocasiones da pie a conflictos armados. 

Proyectos como el citado de Ikerlan están intentando mitigar ambos escollos. Por un lado, consiste en depender menos de China. Por otro lado, proceder a una extracción y montaje más respetuosos. Este es el caso de Giga Storage, una compañía de baterías con sede en Holanda y Bélgica. Su director financiero, Lars Rupert, exponía en una publicación de Triodos Bank que sus productos contenían cobalto, un material escaso, y níquel, muy codiciado, y que intentaron adquirirlo con ciertas garantías ecológicas para reducir el impacto. 

“Compramos cobalto con un certificado de Fair Cobalt Alliance, que supervisa las condiciones de trabajo y el impacto ambiental en las minas. Para otra superbatería, la Buffalo, en lugar de esos metales pesados ya usamos fosfato de hierro, que es menos escaso y más fácil de extraer”, explicaba, anotando que China es, “con mucho”, el “mayor proveedor de celdas de batería de litio”. 

“Aunque nos gustaría mucho no ser tan dependientes, apenas hay otra opción. Por el momento, observamos la actividad de los integradores occidentales, empresas que construyen baterías. Y trabajamos en alternativas al litio chino, pero aún no están operativas”, sentenciaba, reflexionando sobre las posibilidades de reciclar o incrementar la duración para evitar residuos, pero seguro de una cosa: el país asiático es el líder absoluto.

Lithium-ion battery
An electric vehicle in powered by thousands of lithium-ion battery cells.
Solid-state lithium-ion battery
Solid-state batteries could charge future electric vehicles faster and boost their range
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