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Acostumbrados a separar cualquier distracción del volante por la seguridad vial, no hay que olvidar cómo la tecnología y las aplicaciones virtuales han beneficiado el uso del vehículo.
El mantra está claro: aleja los móviles del volante. Este dispositivo, que ha vampirizado nuestra atención en cada faceta vital, es una distracción a la hora de conducir. Los despistes e imprudencias por su culpa pueden acarrear graves consecuencias. Sin embargo, podemos llegar a tener una relación sana con este aparato. Los teléfonos son también una oportunidad para facilitar el uso de un vehículo: en algunos casos no es su enemigo, sino su aliado.
Como toda tecnología, hay un factor positivo nada desdeñable. El avance tanto de los sistemas de a bordo como del teléfono que llevamos en el bolsillo favorece la experiencia sobre ruedas. Igual que la inteligencia artificial se ha ganado un hueco en determinadas labores domésticas, en un automóvil podemos ver las ventajas de los ordenadores instalados en él o de las aplicaciones virtuales que ofrecen los móviles.
Sobran los ejemplos. ¿Quieres reservar plaza en un parking? ¿O, quizás, alargar tu estancia en un estacionamiento de pago? ¿Y qué decir sobre la comparativa de precios de los combustibles para elegir la opción más adecuada? Todas estas cosas que hace no tanto tiempo podían convertirse en una molestia tienen una solución sencilla. Para caer en el tópico, al alcance de tu mano.
Pulsando táctilmente una pantalla llegamos a saber qué camino nos libra del tráfico. O cuál es la gasolinera más cercana. O incluso cómo esquivar peajes. Sirven decenas de apps. Una de las más pedidas ahora es Waze, un navegador que se actualiza de forma comunitaria. O alguna que ejerza de guía de viajes, que muestre los lugares de interés turístico, como Roadtrippers. Incluso las más oficiales, como las de cada organismo estatal encargado de proporcionar datos sobre el estado de las carreteras, sirven para estar al tanto de las últimas noticias, accidentes u obras.
Y del CD o los casetes, cambiándolos cuando se acababan entre una maraña de fundas, se ha pasado a las listas de música interminables que se pueden seleccionar simplemente con la voz. No solo hay coches que ya incorporan aplicaciones como Spotify, sino que también existen dispositivos que se pueden incorporar al vehículo para vincular nuestro smartphone. Y así habría unas cuantas canciones más, ya sea por esta vía u otras como Ivoox o YouTube.
María Fernanda Candiales, directora de producto de Parclick, enumera más cómplices digitales, como la de su propia empresa: reservar plazas en garajes con descuento, capacidad para modificarla, saber dónde está el automóvil y asegurar el sitio (según una encuesta propia llevada a cabo por la propia compañía, el 54% de los conductores aseguran haber olvidado más de una vez dónde habían aparcado).
“Las aplicaciones ya se han instalado en el coche”, afirma. “Y no solo eso: se está viendo que cada una se adapta al modelo”, añade. La especialista ve muchas ventajas y apunta que el mayor avance se está dando en la inteligencia artificial y en el reconocimiento por voz. “Cada vez todo es más intuitivo, más interactivo y más fácil”, agrega.
“Hay que pensar en que ya forman parte de nosotros. El GPS es algo que ya casi todo el mundo usa. Antes era una cuestión de ensayo y error. Y ahora se le suma que ves restaurantes, estaciones de servicio, centros de salud… Se ahorra mucho tiempo”, indica. Son tan cómodas que, en algunos casos pueden ser contraproducentes, según advierte Candiales: “Te acostumbras, y puede mermar la capacidad de actuar por tu cuenta”. “Está claro que uno de los daños colaterales de la tecnología puede ser ese, pero es inevitable, así es la evolución, y el balance sigue siendo positivo”, aclara.
Dentro de este respaldo tecnológico, dice la especialista, hay dos corrientes: la de quienes ingenian la aplicación para que luego sea incluida y la de quienes las elaboran a partir de un coche en concreto. “En cualquier caso, vamos hacia una conducción mucho más fácil”, explica. Ya hay un buen tramo hecho, pero el recorrido es largo. Un resumen rápido podría ser Hatomico, acrónimo de Hago Todo Mientras Conduces, un asistente para gestionar las funciones del teléfono durante la conducción. Nos permite configurarlo pudiendo descolgar automáticamente el teléfono o leer en alto los mensajes entrantes sin necesidad de tocar el terminal.
“Antes podría parecer algo de jóvenes, pero ya se está ampliando a todas las edades”, zanja María Fernanda Candiales. La integrante del equipo de Parclick repite una de las frases que usan en la empresa: “Las aplicaciones son el mejor copiloto”. Lo que antes hacía quien se sentaba al lado del conductor está siendo transformado en programas que adelantan la próxima salida, controlan la velocidad, el gasto del viaje o hasta avisan del mantenimiento.
Un coche es cada vez más inteligente, como los teléfonos. Llegan incluso a “cuidarse de sí mismos”, como dicen en la consultora NewLink. “La tecnología avanza a pasos agigantados y ya encontramos vehículos que incorporan juegos interactivos, parabrisas con realidad aumentada que muestran información adicional de la carretera o asistentes de voz implementados en el propio coche. Hasta que estas tecnologías lleguen a todos, siempre podremos convertir nuestro móvil en el mejor copiloto”, concluyen.