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Las rotondas pueden ser una alternativa a los semáforos, el reflejo de unas políticas de urbanización desmesurada o un enigma indescifrable para el usuario al volante. Estos cruces de circulación giratoria son un elemento básico, pero suelen generar debate, tanto por las sospechas sobre su necesidad o su proliferación como por su forma de abordarlas. Los conductores dudan a la hora de enfrentarse a ellas y las instituciones refrescan a menudo las indicaciones para hacer un uso correcto de ellas.
DiscoverCars.com, un buscador online de coches de alquiler, ha analizado recientemente el número de rotondas por cada país —valiéndose de OpenStreetMap y contando como una aquellas que incluyen varias— y ha desvelado cuáles tienen más per cápita o por kilómetro cuadrado. Según el primer indicador, el primer puesto lo ocupa Francia, con un total de 42.986 rotondas, lo que supone unas 663,8 rotondas por millón de personas, seguida de Reino Unido, Italia y España.
Pero, más allá del número de rotondas, conviene despejar algunas incógnitas comunes por parte de los conductores respecto a estas infraestructuras. Por ejemplo, ¿cuándo es necesario usar el intermitente en las rotondas y cuándo no? ¿Cómo hay que introducirse para salir por diferentes salidas? Porque más de la mitad de los conductores aún los utiliza mal, según calculaba la Dirección General de Tráfico (DGT) en España. Eso supuso que entre 2015 y 2019 se registraran 45.000 siniestros con víctimas en intersecciones giratorias, con 317 muertos y más de 58.000 heridos de diversa consideración. Lo registraba un informe de Automovilistas Europeos Asociados, que revelaba, además, que casi el 10% de los accidentes con víctimas ocurren en glorietas.
Urge, por consiguiente, incidir en cómo se deben abordar de forma segura. La normativa suele coincidir en casi todos los países. Hay algunas particularidades (como el carril bici externo que se tiene en Holanda o las llamadas rotondas francesas, donde se cede el paso al que se incorpora y se prohíbe circular a los conductores noveles) y hay ejemplos de aquellos lugares en los que este elemento vial se convierte en una jungla y prima el sálvese quien pueda.
Las glorietas son un tipo intersección distinta al resto donde “no rige la regla general de prioridad de paso a la derecha, pues la prioridad es de los que ya están dentro de ella (siempre que una señal —un semáforo, por ejemplo— no diga lo contrario)”, expone la DGT sobre su funcionamiento en España. Este organismo establece tres momentos clave: la entrada, la circulación interior y la salida. ¿Cómo actuar en cada uno? La entidad pública da una serie de pautas a seguir, que se asemejan a las indicaciones publicadas por la Policía o a las de expertos en educación vial.
El momento más crítico es la entrada. La aproximación y el acceso a la rotonda es donde se produce más de la mitad de los accidentes (54%), según un estudio de la aseguradora AXA. “Cuando nos acercamos a una glorieta, debemos mirar hacia la izquierda, ser pacientes y no precipitarnos. Reduciremos la velocidad, adecuándola a la señalización y al tráfico en la vía por la que circulamos. Y nunca entraremos en la rotonda sin estar seguros de que podemos hacerlo sin peligro”, apuntan desde la DGT.
Siempre hay que dar preferencia a los vehículos que vienen circulando por la misma, esgrimen. Eso nos lleva a ceder el paso, “incluso deteniendo nuestro vehículo si fuera necesario”, y, una vez dentro, deberemos circular por el carril exterior siempre que esté libre, utilizando los demás para adelantar. “En las glorietas situadas dentro de zonas urbanas, tendremos permitido circular utilizando el carril que más convenga a nuestro destino, aunque, si vamos a abandonar la glorieta por las primeras salidas, la opción más recomendable será usar el carril exterior”, matizan.
Cuando se van a tomar las últimas salidas o a cambiar de sentido, ”el carril exterior puede no ser la mejor opción en glorietas muy transitadas”, ilustran desde el organismo, advirtiendo que “en estos casos, lo más aconsejable es usar los carriles interiores —si los hay—, buscar el exterior progresivamente antes de llegar a la salida, señalizando cada cambio de carril y respetando la prioridad de otros vehículos”. Y cuando el tráfico hace imposible cambiar a tiempo al carril exterior, lo más seguro es dar otra vuelta para buscar la colocación adecuada, aclaran. “Al acercarnos a nuestra salida, deberemos estar situados en el carril exterior y señalizar la salida para que los demás conductores sepan que abandonamos la glorieta”, especifican.
Una pregunta frecuente es si está permitido salir de la glorieta desde los carriles interiores. “La respuesta es no, como norma general. La norma obliga a salir por el carril exterior derecho para evitar una de las infracciones clásicas en las glorietas: la ‘cruzada’ desde el carril interior, maniobra que puede provocar la colisión contra un vehículo que circule de forma reglamentaria”, remarcan desde la entidad española.
“Si al acceder a la rotonda observamos un grupo de ciclistas que circula por la misma, recordemos que debemos considerar a ese grupo como un único vehículo, cediendo el paso a todos los componentes de ese pelotón”, puntualizan, dando otra situación posible: “Los vehículos de grandes dimensiones (camiones, autobuses,…) pueden precisar ocupar más de un carril, especialmente en las maniobras de acceso y salida de la rotonda. Deberán hacerlo señalizando la maniobra y respetando la preferencia de los vehículos que circulan por otros carriles”.
En ningún caso está permitido trazar las rotondas “todo recto, como si fuera la curva de un circuito”. “Infracciones como esta están consideradas graves y se sancionan hasta con 200 euros de multa y cuatro puntos del carnet de conducir”, señalan. “Del mismo modo, podemos ser sancionados si interferimos en la trayectoria de otro vehículo o generamos una situación de riesgo”.
Los accidentes, o las discusiones, más frecuentes en las rotondas se producen cuando un vehículo que circula por un carril interior intenta salir de la misma desde ese carril, cortando el paso a los vehículos que circulaban por el carril derecho (exterior), alegan. Por eso hay que extremar las precauciones: “Y circulando en vías urbanas, al acceder a una vía saliendo de una rotonda (igual que ocurre al girar en un cruce), es habitual encontrarnos con un paso de peatones. Deberemos extremar nuestra atención respetando la preferencia y la seguridad de los mismos”.
Viendo dichas indicaciones y la cantidad de publicaciones al respecto, queda clara una cosa: las glorietas siguen generando debate, independientemente de que se consideren una necesidad o un capricho, a pesar de que la reglamentación de España y la de los demás países de nuestro entorno “es clara y no demasiado compleja de asimilar”. Se trata, en definitiva, de respetar la normativa. Sobre la proliferación de este tipo de construcción, los adornos insertados dentro o el afán por incluirlas en los planos urbanísticos, en cambio, no dicen nada.