No las ves, pero esas pequeñas aeronaves no tripuladas están ahí arriba vigilando que el tráfico de las carreteras fluya con normalidad y, si algún conductor comete una infracción, registrar la imprudencia y proceder a la sanción correspondiente. Quizá este sea el uso más conocido de los drones en carretera. En España, por ejemplo, la DGT los implantó para el control de la circulación en 2018, y son ya 39 los que sobrevuelan las vías españolas con ese fin.

Pero los drones ofrecen más servicios más allá del mero control del tráfico. Por ejemplo, pueden ser una herramienta muy útil para la ingeniería civil, especialmente en la construcción de carreteras, ya que aportan un estudio más rápido de su estado y ofrecen una cartografía de mejor calidad y mayor precisión en los datos. Según un estudio de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), se estima que estas aeronaves no tripuladas pueden reducir los costes en más de un 25%. Además, ayudan a reducir, igualmente, hasta 10 veces el tiempo que se tarda en trazar carreteras, puentes y vías.

Conscientes de todo lo que pueden hacer estas aeronaves no tripuladas por la construcción de carreteras y autopistas, Abertis convoca el Drone Challenge. El proyecto ganador de la última edición ha sido el presentado por la start-up formada por la empresa española Azisa, con sede en Gijón, especializada en drones que hacen trabajos de inspección en entornos industriales, y la estadounidense Aren, con sede en Nueva York, que ha patentado una tecnología que aúna ingeniería civil, deep learning e IA para la supervisión de infraestructuras.

El proyecto proporciona servicios de inspección industrial de extremo a extremo mediante el uso de vehículos no tripulados como drones, UGV, ROV y USV. Además, emplea diferentes herramientas de software para crear información valiosa en 2D y 3D e inteligencia artificial para procesar y analizar daños en estructuras de hormigón y metal.

“Nuestra propuesta de valor se centra en optimizar los costes del ciclo de vida de las infraestructuras civiles para gestores y operadores privados de infraestructuras viarias —explica Edgar Martínez Ceja, COO cofundador de Aren—. Somos capaces de lograrlo a través de la tecnología que hemos creado y patentado, la cual resulta de la unión de inteligencia artificial, ingeniería civil y drones. Nuestra intención es ayudar a nuestros clientes a moverse de una posición donde la gestión de estructuras pasa de ser reactiva a proactiva”. 

Según Martínez Ceja, hay dos aspectos claves que hacen que esta propuesta sea única. Por un lado, la tecnología que patenta Aren une inteligencia artificial e ingeniería civil con el objetivo de optimizar el coste a lo largo del ciclo de vida de diferentes infraestructuras. Por otro lado, Azisa aporta su capacidad de servicio global. “Aren ha creado el grupo de datos de entrenamiento de IA para infraestructura civil más importante a nivel global. Azisa no es solo una compañía de inspección, sino que, gracias a su capacidad de desarrollo de plataformas robóticas no tripuladas, puede ejecutar con éxito cualquier proyecto por complejo que sea. Los sistemas actuales son manuales, lo que hace que la información sea subjetiva y limitada”, aclara el cofundador de Aren.

Con este proyecto piloto, Abertis impulsará la eficiencia de sus operaciones, fomentará la innovación y consolidará su apuesta por ofrecer infraestructuras cada vez más seguras a través de la innovación, tal y como afirma Toni Duran, global head of innovation de Abertis. “Hemos seleccionado esta opción porque permite la inspección automatizada de estructuras como, por ejemplo, puentes, para la identificación de posibles desperfectos, así como el seguimiento de la evolución de los mismos, la inferencia de la condición estructural y el desarrollo de un plan óptimo de mantenimiento”, resume.

Artículos relacionados