Usamos cookies y otras tecnologías propias y de terceros para hacer funcionar de manera correcta y segura nuestra página web. También las usamos para analizar la navegación de los usuarios y poder ajustar la publicidad a tus gustos y preferencias. Política de Cookies.
Emulcell, bioasfalto por una mayor sostenibilidad
Lo que se cuenta a continuación es un caso de éxito para una movilidad más sostenible. Misturas es una mediana empresa que forma parte del proyecto Emulcell, junto a CETIM (Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial) y el grupo de Carreteras, Geotecnia y Materiales (GCGM) de la Universidad de A Coruña. Juntos idearon y crearon una mezcla bituminosa en frío como alternativa al asfalto convencional (que se genera en caliente). Una fusión, por tanto, más respetuosa y eficiente con el entorno, que supone un salto de calidad y eficiencia frente al cambio climático desde la mismísima calzada, a pie de pista. Obra civil que aboga por unas carreteras más verdes, más saludables, menos dañinas para la naturaleza. «Se pone en valor un material novedoso, la nanocelulosa, que procede del ámbito de la madera y que permite que las nuevas mezclas rebajen el contenido en petróleo», resume Francisco Javier Prego, responsable del departamento de I+D de Misturas.
«El petróleo es un producto contaminante muy presente en la construcción de las carreteras, en la capa de rodadura. Son mezclas en caliente que se hacen con betún —elemento del que se producen unas 11.000 toneladas al año solo en Europa— y derivados del petróleo. Es así en todo el mundo. Y con el proyecto Emucell se pretende reducir la cantidad de betún, sustituyéndolo por derivados de la madera», explica con pasión por cada avance obtenido. Y no, aquí no se trata de manipular la superficie del asfalto, la parte de arriba, la que se aprecia al circular con cualquier vehículo, sino las capas inferiores. En definitiva, una apuesta más por una mayor sostenibilidad —sin menoscabo de la seguridad vial: al contrario— que redunda en la preocupación tanto de las administraciones públicas como de las entidades privadas en virtud de los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.sa
Porque sí, paso a paso, otro mundo es posible.
Más detalles de este paso adelante
Son muchos los beneficios de esta iniciativa denominada Emulcell, ejemplo local con vocación global. Como apunta el técnico Santiago Nieto Mengotti, del CIS Tecnoloxía e Deseño de Galicia, sus características principales son la consecución de un biopavimento sostenible, además de un menor tiempo de maduración «para la instalación de carreteras» en comparación «con las mezclas tradicionales no aditivadas». Pero también se aprecia una mayor tolerancia a las condiciones climatológicas adversas —»más resistencia al agua, al mejorar la permeabilidad de la mezcla», que desaloja el líquido con más eficacia—, así como un mejor agarre o sujeción «entre los diferentes sustratos del asfalto». Tal y como se ha podido comprobar en un tramo de prueba en la localidad de Allariz, en Orense. En conclusión, Emulcell logra su propósito ecológico y añade prestaciones y garantías para la movilidad, contribuyendo también a la economía circular.
Las fotografías muestran varios momentos del proceso de construcción del prototipo de mezcla bituminosa en frío en la capa de base: en concreto, una grava-emulsión que incorpora nanocelulosa en su composición
Asfaltando un futuro más verde
«Ahora mismo no hay nada así. A raíz de este proyecto, que se gestó desde julio de 2017 a diciembre de 2020, han empezado a aparecer nuevos proyectos de investigación que buscan, en vez de hacer tantas mezclas en caliente, enfocarse más en mezclas bituminosas que sean en frío o templadas. Porque, desde el punto de vista de su fabricación, resultan menos lesivas para el medio ambiente», señala Francisco Javier Prego, responsable del departamento de I+D de Misturas. Y esto acaba de arrancar.
Un gran trabajo en equipo que recibió un merecido reconocimiento en forma de premio en el I Certamen de Materiales Innovadores de Galicia. «El premio fue una alegría muy importante porque, además, se reconoce al sector de la construcción, que no siempre se percibe como medioambientalmente amigable, cuando somos muy sensibles al medio ambiente e intentamos hacer las cosas cada vez mejor», comenta Prego.
Aunque ni él ni su equipo se conforman, porque aún queda horizonte por explorar. Con menos petróleo y más productos naturales, sí. Porque todo suma desde distintos ámbitos para seguir asfaltando un futuro más verde.