Ocurre cada mañana y cada tarde durante el curso escolar: los vehículos de padres y demás cuidadores colapsan las inmediaciones de los centros educativos durante las horas de entrada y salida de las clases. Un problema con el que conviven los vecinos de estas zonas, pero también los propios escolares. De hecho, son numerosas las iniciativas que asociaciones de familias, principalmente, llevan a cabo para pedir regular y rebajar el tráfico en estas zonas, con el fin de evitar ruidos, contaminación y que sean más seguras para los niños.

Una de estas medidas es la conocida como Kiss & Go. Denominada también como Kiss & Ride, se trata de crear zonas habilitadas cerca de las entradas de los colegios donde los padres o cuidadores puedan parar el vehículo por un breve periodo de tiempo (el equivalente al que tardan en darles un beso de despedida o saludarles) para que sus hijos puedan bajar o subir. Estas zonas suelen estar vigiladas por personal voluntario o contratado bien por los ayuntamientos, o bien por los propios centros escolares, que se encargan de acercar los niños hasta la puerta del colegio o hasta la zona de recogida a la hora de la salida.

La medida no es nueva. Son numerosos los centros escolares de ciudades de distintos lugares del planeta donde se lleva utilizando desde hace años. Una de ellas es Kingston, localidad australiana ubicada a unos 20 km de Melbourne, donde la iniciativa se ha implantado en distintos colegios. Entre las normas que deben seguir los conductores que se acogen a este programa está la de parar el vehículo por un tiempo nunca superior a los dos minutos; y en caso de que no les haya dado tiempo a dejar o recoger al niño en ese lapso, deben volver a emprender la marcha. 

También deben asegurarse de no alejarse del coche a más de tres metros y tener especial cuidado a la hora de circular por la zona. Maniobras como la de girar en U están completamente prohibidas.

Ventajas del Kiss & Go

En Madrid, hace casi una década, el Ayuntamiento puso en marcha la iniciativa Kiss & Go cerca de los colegios Ciudad de Roma y Fuhem-Montserrat, situados en el distrito de Retiro. Las largas colas de coches que se formaban al inicio y al final de cada jornada escolar en la zona animaron al consistorio a poner en marcha el proyecto.

Para darlo a conocer al resto de las familias, un grupo de padres y madres, junto a profesores, y coordinados por la dirección del colegio Montserrat, llevaron a cabo una campaña de comunicación. Como incentivo, señalaban las principales ventajas de este sistema:

  • Dotar de más autonomía a los niños.
  • Recuperar espacios públicos para el uso y disfrute de todos, especialmente de las niñas y niños.
  • Lograr un entorno escolar más amable y sostenible, además de seguro. 
  • Los niños caminan al menos unos metros hasta el cole, lo cual, según numerosos estudios, resulta muy beneficioso para el rendimiento y para la salud de los menores.

Para incentivar a los niños a alentar a sus padres para participar en la iniciativa, los organizadores desarrollaron unos carnets en los que el alumnado tenía que ir poniendo un sello (en forma de beso, por supuesto) cada vez que iban al cole o se iban a casa haciendo un Kiss & Go. Una medida que también facilitaba el seguimiento de la iniciativa por parte de las familias. 

Durante el curso que acaba de terminar, el Kiss & Go de estos colegios se vio momentáneamente suspendido debido a que su funcionamiento requería del corte parcial de algunas de las calles aledañas durante el horario de entrada y salida, lo que suscitó las quejas de algunos vecinos. Aunque el ayuntamiento asegura que tiene previsto volver a retomarlo.

Suma y sigue

La medida también cuenta con voces escépticas y detractores que consideran que no es más que un parche en un problema como el de la movilidad en entornos escolares que debiera abordarse de una manera más profunda. Sin embargo, la fórmula del Kiss & Go sigue extendiéndose en distintas ciudades.


Entre las últimas que ya la han incorporado en distintos centros se encuentran las localidades españolas de Gijón, Melilla, Torrelavega, Logroño y León, entre otras Una de las últimas en sumarse al Kiss & Go ha sido la capital de Eslovaquia, Bratislava, donde se acaba de poner en marcha en las inmediaciones de la Escuela Alemana de la ciudad. Desde la escuela, esperan que, después de ellos, sean otros muchos los centros escolares se sumen a esta iniciativa.

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