Hay dos hitos fundamentales en la vida de todo conductor: el día en el que se saca el carnet y el día en el que tiene que decirle adiós. Los intermedios —el primer coche, la primera multa, el primer viaje largo— suelen quedar desdibujados en el cúmulo que es la vida al volante. Pero, ¿y si la tecnología permitiese a los conductores de edad avanzada seguir conduciendo de forma independiente? 

 

Y es que poder conducir es tener la libertad de poder ir a cualquier sitio de manera autónoma. Y esta capacidad no se limita a viajes de placer o de ocio. Para muchos, el coche es la única manera de recorrer un camino. Por ejemplo, para muchos de los conductores de mayor edad, con limitaciones físicas a la hora de desplazarse de otra manera. Paradójicamente, son estos los que también están más cerca del cierre de su carrera al volante. 

De las cámaras del móvil a la conducción en personas mayores 

Y todo esto sucede cuando hace tiempo que tenemos a nuestra disposición tecnología que podría servir para contrarrestar esta circunstancia y hacer que la conducción y el envejecimiento significaran la retirada del carnet de coche. Como el escáner LIDAR, presente en las cámaras de los últimos iPhone, o los sensores utilizados para habilitar la tecnología que dirige los coches autónomos de Tesla. Para la consultora americana EPAM Continuum, esto, junto al hecho de que las personas de más de 65 años ya representan cerca de un 10% de la población mundial (en algunos países se estima que en 2025 uno de cada cuatro conductores tendrá más de 65 años), es más que suficiente como para desarrollar una solución. De ahí nace el proyecto Silverkey

La clave está en que se integre en la vida de los seniors al volante. Para empezar, el sistema Silverkey recoge datos sobre las habilidades y costumbres del conductor. A partir de ellos, y de la información de que dispone sobre su estado de salud, elabora un perfil. Es a partir de ese momento cuando Silverkey comienza a apoyar al conductor en su circulación habitual. 

 

¿Cómo funciona? 

Lo hace a través de varios módulos diferentes. Antes de comenzar el trayecto, mostrándoles un posible itinerario junto con todos los puntos en los que pueden encontrarse dificultades. Y, a la hora de ponerse en marcha, a través de una asistencia en tiempo real en los momentos más complicados, como las incorporaciones a autopistas, el aparcamiento o los adelantamientos. A partir de un sistema integrado en el propio vehículo, el sistema guía al conductor a través de las maniobras complicadas. Les sugiere la velocidad idónea para incorporarse a un carril, o la distancia necesaria para adelantar a otro coche con total seguridad.

 

 

 

De acuerdo con la propia consultora, en el futuro, el sistema podría, incluso asumir el control del vehículo durante un corto espacio de tiempo. Por ejemplo, después de un fallo o una situación de riesgo, ayudando así al conductor a volver a tener el control de todas sus capacidades. 

Además, el sistema Silverkey mantiene el perfil del conductor actualizado con información sobre sus trayectos y su desempeño. Toda una serie de datos que le permiten no solo a él, sino también a sus familiares saber exactamente en qué punto se encuentra su dominio del volante. De esa forma, el momento de colgar el carné de conducir se evalúa de manera completamente fundamentada según toda una serie de hábitos y capacidades. 

 

​​Pero la utilidad de Silverkey se extiende hasta después de que el conductor deba dejar de ponerse al volante. Una vez sea imposible que lo haga con toda la seguridad, el sistema sigue siendo útil para apoyarlo en los desplazamientos habituales. Para empezar, poniéndole en contacto con una red de personas que puedan conducir en su lugar y que permitan al senior mantener su autonomía.  

Y en el futuro, cuando los coches autónomos y las legislaciones se pongan a la par, usando está tecnología como apoyo en los desplazamientos. 

 

De acuerdo con la propia EPAM Continuum, un equipo de la consultora trabaja sobre el proyecto Silverkey de forma intermitente. Según sus cálculos, la tecnología podría estar disponible en un plazo de cinco años. A partir de entonces, será una cuestión de buscar la forma de hacerla realidad a través de acuerdos con fabricantes de coches. 

 

Con el aumento de la esperanza de vida, cada vez hay más personas de edad avanzada con necesidad de mantener su autonomía. En muchos casos, tener la posibilidad de conducir puede ser la diferencia entre poder y no poder hacer muchas cosas. Por eso, desarrollar soluciones que permitan que las personas mayores se mantengan durante más tiempo al volante manteniendo su seguridad y la del resto de los conductores es una necesidad imperiosa. Sistemas como el de Silverkey nos acercan un poco más a un futuro en el que la vida de los más mayores sea más sencilla.

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